Forjadores
de la Historia Granate
Por Leonardo Leone (*)
José Gustavo
Sand
Correntino,
Goleador, Campeón, Centenario del gol, ¿algo más…?
Fue el
número 9 que Lanús necesitó para ser Campeón hace ya más de una década.
Luciendo los colores granates se consagró goleador de torneos de AFA varias
veces. Le mostró a propios y extraños que tras volver a la entidad, el término usado
en la jerga futbolística “estar de
vuelta” quedó desechado. En más de una oportunidad marcó tres goles en un
partido o hizo varios de manera consecutiva. Definió mediante cabezazos, de penal, con
pierna derecha, y hasta empujando la pelota con algún recurso totalmente válido
ante todo tipo de entidades, de las considerados como grandes por la prensa y
de las otras cuyo respaldo popular no es tan mayoritario. Tal vez le falte
hacer alguno de tiro libre -recordamos el que le sacó Lucchetti por arriba del
travesaño en 2009- así que todavía está a tiempo. No tuvo reparos en gritar sus
tantos y festejarlos ante cualquier hinchada y en cualquier estadio. Así el oriundo
de la provincia litoraleña de Corrientes fue sumando goles y ya pasó los 100. Está
tercero entre los máximos rompe-redes que defendieron la casaca del club. Pero
no se queda quieto ni lo inhiben los desafíos, porque personalmente va por más
halagos futbolísticos, hasta que llegue el día de decirle adiós al ámbito
profesional del fútbol.

Lanús para ser Campeón necesitaba un goleador. Lo decían los directivos.
Lo expresaban los hinchas. Lo reclamaban los cuerpos técnicos. Se referían
todos a tener dentro del plantel a uno de esos delanteros que le hacen honor al
calificativo. Uno de esos hombres que en el área contraria son picantes; punzantes;
de los que no perdonan a ningún arquero. Un jugador que a la hora de enfrentar
a un marcador recio o varios a la vez no se achique. Un centroforward (si es
que sigue valiendo el término) que sepa cuando recibir e ir a buscar, que sepa
cabecear, que se imponga por presencia; por condiciones técnicas y hasta por la
voluntad o fuerza propia de su lucha; que cuando dentro del trámite de un
partido trabado se le ofrezca una clara posibilidad de doblegar al equipo que
tiene enfrente no la erre. Que demuestre seguridad en sí mismo en las
definiciones “mandándola a guardar seguido”; que patee penales con convicción,
certeza y potencia; y que tenga experiencia, pero que no sea uno de esos experimentados
que viene a un club solo a ver qué pasa. Todos los cercanos al ámbito del Club
Atlético Lanús pensaban en voz alta y decían algo en relación a ese tema. Y pusieron
todo sobre el tapete y se fijaron en el mercado interno… y pensaron en uno… que
al final no resultó ser otro más.
Formación
y despegue.
José
Gustavo Sand nació el 17 de julio de 1980 en Bella Vista, ciudad de la
provincia de Corrientes. Toda su infancia se la pasó jugando a la pelota en
calles de tierra y en el club Barrio Norte. Hasta los 10 años fue arquero, como
su padre Raúl. Pero después cambió y se fue a jugar “de 9”, por pedido de su madre, Amancia del Carmen. “La que me sacó del arco fue mi vieja porque
siempre volvía llorando y con dolores de cabeza. Ahí empecé a jugar arriba y a
marcar diferencias con el resto de los chicos. Yo era más grandote que los
demás y hacía muchos goles. A los 14 mi viejo me llevó a probar a River”.
Su padre, Raúl, había llegado a atajar en la Reserva
de San Lorenzo hacía ya varios años durante los cuales se había hecho muy amigo
de su coterráneo Pedro Alexis González. Esa amistad sirvió para que el joven
pudiera probarse. “Tenía la posibilidad
de ir a San Lorenzo pero mi papá eligió River por su pensión. Ahí vivía y
jugaba. Todo adentro, no tenía que salir a la calle”. Y así comenzó su
etapa de formación pese a los duros golpes que le opuso el destino, pues,
apenas con 15 años recibió la noticia de la muerte de su padre quién falleció
víctima de un cáncer a los 48 años. “A mi
viejo lo tengo muy presente. Todo lo que soy se lo debo a él. Siempre fue un
luchador. Cuando no pudo cumplir su sueño de jugar en Primera, volvió a
Corrientes sin nada, formó una familia y siempre nos tuvo bien. Era
citricultor. Lo extraño un montón. Siempre me acompañó. El hubiera disfrutado
muchísimo mi carrera”, por eso tiene una cadenita dorada con el nombre de
su papá. En River, mientras hizo goles en cada categoría que estuvo igual debió
remarla, pues comenzó a trabajar en el Consejo de Fútbol y en el Depto. de
Socios. “Sacaba fotos y hacía carnets”. Durante
ese lapso pintó ser “una promesa de crack”.
No soy de aquí… y parece que tampoco de allá.
Pero debía saltar a Primera División. Creyó que haría
tantos goles como en las inferiores, pero la realidad fue otra. Apurado por
debutar, decidió emigrar a Colón en 1999. Tenía sólo 19 años. Allí convirtió su
primer gol, pero desperdició muchas más situaciones. Lo mejor que le pasó fue
haber conocido a Julio Toresani, Hernán Díaz y al Pampa Biaggio. “Me adoptaron como a un hijo. Vivía una semana
en la casa de cada uno, je”. Y volvió a River y estuvo seis meses en la
Reserva. En julio de 2000 se fue a préstamo a Sportivo Independiente Rivadavia
de Mendoza y de lo mal que le fue casi larga el fútbol. “Me salió todo mal. Jugué pésimo; no hice goles. Perdí confianza ¿Cómo podía errarme goles abajo del arco? ¿Cómo
no podía definir un mano a mano? Si había hecho tantos goles así. No entendía
lo que me pasaba, no le encontraba la vuelta. Eso me mataba”. Pero cuenta
que su madre le ordenó: “A Corrientes no
te volvés”. Y no fue. Pero regresó a River. Otra vez a su Reserva que
dirigía Roque Alfaro. “Yo saludaba a
todos y ni me miraban. Hasta que un día me puso los últimos cinco minutos
contra Argentinos y metí un gol. Después jugué otros cinco partidos y metí
cinco más”. Tras esa etapa el Grupo Excel se lo llevó a préstamo un año al
Vitoria de Bahía en Brasil (2001-2002). Fue titular y metió ocho goles. Regresó
y fue cedido a Defensores de Belgrano, que jugaba en la B Nacional (2002-2003).
En los primeros seis meses convirtió dos goles y, en la segunda mitad, anotó
otros cinco. Vencido su préstamo su futuro estaba casi liquidado. Sin embargo,
el presidente de Defensores (Mauro Conti) les rogó a los dirigentes Millonarios
que se lo dejaran por seis meses más. Y la confianza dio sus frutos anotando 13
goles.
Hasta que
en River asumió Leonardo Astrada como técnico en 2004 y su ayudante Hernán Díaz
incidió para que regresara. Con 23 años salió campeón del Clausura 2004 con 6
goles en su haber, apenas tres menos que Fernando Cavenaghi, la figura. La mano cambió y
hasta le hicieron un contrato de dos años. Sin embargo, recibió un llamado del “Gatito”
Leeb, técnico de Banfield, que le prometió jugar todos los partidos de la
temporada. Como la propuesta fue muy tentadora se fue a préstamo y jugó la
temporada 2005/06. Y después de un buen año en el Taladro apareció la chance de
regresar a Colón. “Tenía ganas de volver
al club que me hizo debutar en Primera. Además estaba mi amigo Julio Cesar
Toresani”. Pero los problemas no tardaron en llegar. El “Huevo” fue
despedido por los malos resultados y llegó el “Emperador” Julio César Falcioni.
La mala onda fue tremenda. Jugó poco y nada. Pero eso no fue lo peor. Estando
en Santa Fe tuvo uno de los golpes más duros de su vida: la muerte de su bebé
Milagros. A quien durante el embarazo de su mujer los médicos le habían
detectado unos quistes en el cordón umbilical que no dejaban que la bebé se
alimentara con normalidad. Milagros (que en principio se iba a llamar Mora)
nació el jueves 8 de marzo, y pesó sólo 700 gramos. Con el permiso de su mujer,
viajó con el plantel a Mendoza para jugar ante Godoy Cruz y previamente al
partido recibió la peor noticia. Lógico, los días siguientes fueron muy
complicados. No le fue fácil concentrarse en su trabajo y contener a su esposa.
Todo era dolor. Pero algo cambió, casi milagrosamente. Julio César Falcioni se
fue de la entidad de Santa Fe y asumió Leonardo Astrada; con Hernán Díaz, de
ayudante, claro. El rumbo comenzó a tomar otro color. “Leo y Hernán me comprendieron y me brindaron toda su confianza, volví
a jugar y a meter goles”.
Y
comenzó el idilio nomás.
Sus goles comenzaron a llamar la atención y los directivos y el cuerpo
técnico de Lanús se fueron fijando en él. El “Número 9” era joven; demostró lo
prometido en inferiores; había pasado por diversas experiencias; y el club
dueño de su pase no tenía problemas en venderlo.
Y llegó a Lanús e hizo goles. No tardó mucho. Su presentación fue en la
primera fecha del certamen Apertura 2007, precisamente el 4 de agosto en la
cancha de Racing, estadio donde el elenco Granate cayó por 5 a 3 ante
Independiente. Su debut fue ya para dejar a un lado pues lo expulsó el árbitro
Sergio Pezzotta por términos descomedidos, hecho que para varios de los
asistentes al partido y allegados al club dijeran por lo bajo “…trajimos un goleador… y ya se hizo echar
infantilmente…”. Pero eso no hizo
mella ni incidió en el ánimo del baluarte ofensivo que tendría esa alineación orientada
por Ramón Cabrero.
Algunos días más tarde comenzó la participación del Granate en la Copa
Sudamericana y el club Estudiantes de La Plata fue el rival. El 8 de agosto
Lanús venció al elenco Pincha 2-0 y José “Pepe” Sand batió al arquero Mariano
Gonzalo Andújar, plantando la primer semilla de su idilio con el público. Y la
serie siguió cuando marcó de tiro penal ante Colón (su ex club) y luego lo
haría ante el experimentado Carlos Fernando Navarro Montoya, con otro tiro
penal, abriendo el marcador en el que sería el primer triunfo en el certamen
ante Olimpo por 2-1. Apenas tres días después, ante otro ex club, Banfield,
batió por 2 veces a Christian Lucchetti, goles que sirvieron para sumar 3
puntos más en el Florencio Sola, logrando marcar 4 en tres fechas consecutivas
de ese Apertura 2007.
Confianza
y fe.
Pasaron algunas jornadas y el 12 de septiembre Lanús venció por 4 a 3 al
San Lorenzo del mediático Ramón Ángel Díaz, partido en el que el “Pepe” abrió
el marcador venciendo a Agustín Ignacio Orión. En la fecha siguiente, en pleno
Monumental, River Plate ganó por 3 -1; esta fue la última caída de Lanús en ese
certamen, y Sand al descontar la diferencia volvió a batir a uno de sus ex clubes; sin importarle para nada su
pasado millonario ni que lo amonestaran por sus gestos hacia el público local
que lo insultó de arriba abajo desde antes del partido cuando fue a saludar a
algunos ex compañeros. Sobre esta relación entre el club millonario y él,
afirmó: “Y… la verdad es que soy medio rencoroso; lo que pasa es que no olvido a las
personas que no confiaron en mí. Por eso es que siempre busco motivarme en la
revancha para mejorar. Pero está a la vista que los hinchas del club se
equivocaron conmigo. Todo el mundo se da cuenta de eso. Podrán silbarme o
insultarme pero creo que eso solo sirve para tapar los grandes problemas que
tiene el club, y algunos de los que tuvimos que irnos por la puerta de atrás caímos
en la volteada. Pero, ¿qué culpa tengo yo? ¿Qué culpa tengo de los quilombos que
hacen los directivos? Futbolísticamente hablando la gente tiene que saber que
jugando con continuidad tengo otro rendimiento. Con un poco más de protagonismo
pueden ver la clase de jugador que soy… pero en River, nunca me valoraron; pensaron
que en primera haría tantos goles como hice en las inferiores, pero eso no es
fácil si uno no es titular y si no siente que quienes tiene al lado lo ayudan”.
Sin lamentarse mucho más, entre semana, por la Copa Sudamericana, logró
su segundo tanto internacional ante el Vasco Da Gama brasileño marcando así
otra serie de tres goles en tres partidos seguidos en ese 2 a 0. Luego de la
eliminación de Lanús en esa competencia en tierras brasileñas (0-3) llegó un
empate (1-1) contra Racing Club en el cilindro de Avellaneda en el que batió a
un coterráneo: Hilario Bernardo Navarro. Sus conquistas en el 2 a 1 ante Vélez
Sarsfield le sirvieron para pasar el decenio de goles marcados y con el señalado
ante Arsenal (triunfo por 1-0 en el viaducto) otra vez volvió a marcar 4 tantos
en tres jornadas sucesivas.
Dejó
su sello en el título.
Llegó el crucial encuentro ante Tigre y a los 15 minutos de juego su
arquero Daniel Islas fue otro de los guardavallas víctimas en el 2-1
conseguido; y su poder de gol siguió siendo efectivo en la jornada siguiente,
el viernes 9 de noviembre, en el Gigante de Arroyito, cuando marcó el que sería
el transitorio 3-1, en el lapidario 4-1 obtenido ante un Rosario Central que
terminó abucheado por su público. Lanús era el puntero del campeonato. Luego vendría
el 0-0 ante Argentinos Juniors y el título estaba al caer del árbol como una
manzana madura. Gimnasia y Esgrima La Plata, elenco que dirigía Julio César
Falcioni, sucumbió en la Fortaleza por 4-0, con los dos primeros tantos
marcados por un Sand que, en la Bombonera, también haría lo suyo al señalar a
los 36 minutos del primer tiempo ante Mauricio Caranta, la apertura del
marcador de un partido que finalizaría 1-1, pero que desató todo el festejo del
Club Atlético Lanús que se consagró Campeón del certamen Apertura de Primera
División A, obteniendo su primer título en el máximo nivel de las competiciones
de AFA.
El correntino contribuyó para lograr esta consagración
con 15 goles en 16 presencias. Un promedio de 0,93 goles por partido. Ahora, si
tomamos los 17 tantos convertidos en los 20 encuentros del semestre este coeficiente
se reduce a 0,85. ¿Qué tul?
Entre
la copa y el campeonato.
El 2008 comenzó pronto, ya el 31 de enero mientras otros estaban todavía
de vacaciones en las playas o en las sierras, llegó el debut en la competencia
internacional más importante de Sudamérica. El rival fue el Centro Deportivo
Olmedo, elenco ante el que -con la presencia de Pepe en la cancha en los dos
encuentros-, Lanús cayó por 1-0 en Ecuador y venció por 3-0 en la Fortaleza.
Así se pasó a jugar en la 2ª Fase, en la cual el 14 de febrero ante Danubio de
Montevideo se consiguió un 3-1 lapidario en el que Sand derrotó a Néstor
Esteban Conde para decretar el resultado final y su primer gol en esta
competencia.
Mientras, también había que afrontar el certamen Clausura 2008, torneo
en el que su tercera fecha Lanús derrotó a Colón de Santa fe por 5 a 1 en el
que el Pepe batió con un tiro penal a Sebastián Alberto Blázquez. Luego de una
lesión que lo aquejó y lo dejó afuera de las canchas por un tiempo, volvió a
señalar por la Libertadores, ante Mariano Gonzalo Andújar en un encuentro en el
Lanús y Estudiantes de La Plata igualaron 3-3 y estuvo plagado de emociones,
hasta el último minuto, cuando el arquero Pincha se dio el gusto de atajarle un
tiro penal que hubiera decretado un triunfo notable para el elenco de Ramón
Cabrero.
Pero ni lerdo ni perezoso, en el partido final de ese Grupo 2, otra vez
ante Danubio en el Parque Central montevideano Lanús se impuso 2-1 –con otro
tanto ante el arquero Conde, que significó el pasaje a los 8º de Final. Antes
de afrontar esa etapa definitoria, Sand, volvió a marcarle 2 goles a Racing
Club el 19 de abril en otro épico 3 a 3 en la Fortaleza.
Y llegaron los encuentros de ida y vuelta de Octavos de Final ante los
mexicanos de Atlas, elenco con el que se perdió por 1-0 en condición de local y
se igualó 2-2 en tierras aztecas; partido que se jugó el 6 de mayo en el
estadio Jalisco de Guadalajara, cancha en la que el Pepe batió a Jorge Rodrigo
Bava para decretar el transitorio empate en uno a los 63 minutos. El 2 a 2
decretó la eliminación de la Libertadores y tras esa aventura había que
recuperar posiciones en la tabla del certamen local que ya andaba por la 14ª
jornada. El leve repunte empezó con una victoria en San Juan con un 2-1
conseguido por Sand en el último minuto ante el San Martín verdinegro. En la fecha siguiente, otra vez apareció con
toda su capacidad para marcar dos goles, en el 4-1 final conseguido ante Tigre
en Victoria. Quedaban cuatro fechas y recién en la última, en La Plata, ante el
arquero de Gimnasia y Esgrima, Pablo Bangardino, marcó su último gol en esta
temporada, en la victoria Granate por 2-1 en el estadio sito en 60 y 118. Con 7
goles en el certamen local en 14 presencias y con 4 en la Copa Libertadores en
8 encuentros se convirtió en el máximo artillero del plantel que seguía
conduciendo Ramón Cabrero. Sumó en su primera temporada completa actuando con
la casaca granate 42 presencias y 28 tantos lo que da un promedio de gol de 0,66.
Para
el Pepe… La Selección…
La nueva temporada traería nuevos bríos; la esperanza se renovó con Luis
Francisco Zubeldía al frente del plantel y José Gustavo Sand volvió a demostrar
que su pólvora goleadora tendría mayor poder. ¿Por qué? Porque ya en la primera
fecha del certamen el 10 de agosto de 2008 en el Cilindro de Avellaneda Racing
sucumbió con un rotundo 0-2 impuesto por el Pepe que dejó a José Luis Martínez
Gullota a merced de las críticas racinguistas; llegó la derrota contra Boca en
la Bombonera, donde Sand volvió a marcar ante el joven Javier Hernán García en
la 3ª fecha, y en la próxima jornada el viernes 29 cuando Gimnasia y Esgrima de
Jujuy ganaba por 2 a 0, apareció con toda su enjundia para descontar primero a
los 37 minutos, igualar a loa 47 y volcar el resultado a favor a los 63
convirtiendo un tiro penal con toda su clase ante Nereo Fernández. Esa noche
dicen que se llevó la pelota por el hat-trick señalado en el triunfo de Lanús
como local por 3-2 conseguido con 10 hombres ya que fue expulsado Diego Valeri
en la segunda etapa. En la 6ª fecha, volvió a darse la ley del ex, pues en el
Cementerio de los Elefantes, un cabezazo suyo que batió a Blázquez, ayudó para
que se diera un empate en 3 tantos que Colón consiguió en el último minuto. En
la 8ª jornada, su gol sirvió para decorar el 2-0 ante el elenco de
Independiente que dirigía Claudio Borghi, y a la fecha siguiente, ante
Argentinos Juniors, Lanús ganó por 4 a 2, con otros dos tantos ante Sebastián
Alberto Torrico (el segundo personal mediante un penal). Su gran momento y su
capacidad de conversión fueron los motivos por los cuales Alfio Basile lo citó
para ser parte de la Selección Nacional.
Casaca que pudo lucir el 15 de octubre de 2008, en la caída ante Chile (0-1)
en un partido correspondiente a las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica
2010.
El
máximo rompe-redes.
Todos sus aspectos de goleador los volvió a demostrar en el partido en
el que Lanús venció por 4 a 3 a Godoy Cruz de Mendoza con otros 2 tantos, el
primero de ellos con otro tiro penal que dejó sin respuesta a Nelson Ibáñez
llegando así a los 40 goles en la entidad Granate el 24 de octubre de 2008.
Tras dos jornadas volvió a inflar la red otra vez como visitante en el
Gigante de Arroyito, donde Lanús consiguió triunfar por 2 a 1 ante Rosario
Central, elenco en el que atajaba Jorge Broun y dirigía Gustavo Alfaro. El
cuarto puesto en la tabla era una realidad consumada y la pelea por el título
una ilusión. En la 16ª fecha el rival fue San Lorenzo al que se le ganó por 3 a
1 como visitante y Agustín Ignacio Orión otra vez sufrió un gol del Pepe. Si
bien el 20 de septiembre de 2006 por la Copa Sudamericana Lanús había podido
vencer a Vélez Sarsfield tras 24 partidos jugados desde 1959 cuando había
vencido por 3 a 2, varios simpatizantes querían derrotar al dueño del estadio
José Amalfitani jugando por un torneo local de AFA… Y Sand contribuyó a romper ese
maleficio el 5 de diciembre de 2008 decretando el 2 a 0 ante Marcelo Alberto
Barovero, que atajaba en un Vélez sumido en la mitad de la tabla. Este sería el
gol número 15 del delantero Granate en ese certamen en el que Lanús culminó
logrando un triunfo por 1 a 0 ante San Martín de Tucumán (golazo del paraguayo
Eduardo Ledesma) sumando 37 puntos; cifra que no le alcanzó para igualar los 39
de Boca, Tigre y San Lorenzo, que tuvieron que pelear por el título en un
triangular que finalmente se adjudicó el elenco Xeneize. Pero quizás lo importante
para la entidad fue que tras doce años y por cuarta vez en el profesionalismo,
el Club Atlético Lanús tuvo al máximo anotador del torneo: José Gustavo Sand
con 15 tantos, de los que convirtió 3 de penal, 7 en condición de local y 8 en
calidad de visitante.
Trago
amargo.
Otra vez había que afrontar la doble competencia, torneo Clausura y Copa
Libertadores eran los compromisos a afrontar en 2009. La lidia por el
campeonato de AFA comenzó el 7 de febrero y otra vez Racing Club fue partenaire
de la capacidad del goleador con 2 tantos sufridos por Gustavo Jorge
Campagnuolo en el 3-1 final; uno de ellos de tiro penal.
Luego de 4 días, el arquero Luis Ernesto Michel del Club Deportivo
Guadalajara de México, cayó en el último minuto de un esforzado empate en un
gol conseguido como local; partido tras el cual Lanús enfrentó a Gimnasia y
Esgrima La Plata en el José Carmelo Zerillo, y al minuto de juego abrió el
marcador en la caída por 3 a 2 sorprendiendo con un cabezazo al arquero Gastón
Sessa; marcando así, otra vez, una serie de cuatro tantos en tres cotejos
consecutivos. O sea que su incidencia en el rendimiento del conjunto seguía
siendo notoria.
Volvió a marcar el 25 de febrero, en la segunda presentación por la
Copa, en Venezuela ante el Caracas, venciendo a Renny Vega, señalando el único
tanto granate en la derrota por 3 a 1 y por la 5ª jornada del Clausura el
viernes 6 de marzo marcó otro tanto, estableciendo el 2-1 ante Newell’s Old
Boys en Arias y Guidi. Sebastián Darío Perattta fue el arquero derrotado.
Pero el conjunto tuvo un declive futbolístico y la eliminación en la
Libertadores fue irremediable tras la caída como local ante Everton y luego una
dura derrota vs. Huracán en el Palacio Tomás Adolfo Ducó (0-3).
Memorable
e inolvidable.
Llegó la noche del domingo 5 de abril. Había que jugar contra un elenco
que buscaba otro rumbo, quería renovarse con nuevos bríos gracias a la llegada
de Américo Rubén Gallego –DT con quien había sido campeón- al frente de su
plantel; hablamos del Club Atlético Independiente. El partido estaba igualado
en un gol por bando hasta que a los 42 minutos José Sand batió a Fabián
Assmann, arquero Rojo que en ese partido terminó siendo batido en un total de 4
veces por el Pepe, pues el correntino se encargó de marcar el 3-1 al inicio de
la segunda parte (apenas 3 minutos) y sobre el final de la misma (a los 43 y a
los 45 de penal) dándole a Lanús un histórico y rotundo triunfo sobre la institución
de Avellaneda por 5 a 1 que sembró de dudas el presente del conjunto rojo.
No importó el quedar último en el Grupo de la Copa Libertadores; se
siguió peleando con vergüenza en el certamen local; tal es así que logró una
serie de 8 victorias seguidas actuando en la Fortaleza, hasta que se cayó ante
Estudiantes de La Plata por 0-3. El 10 de mayo, Sand, le marcó otro gol a River
en el Monumental y los sentimientos de los hinchas locales otra vez se
ensañaron con él, pues el 1-1 conseguido ante Daniel Vega fue difícil de tragar
para el elenco que conducía Néstor Raúl Gorosito. Luego de esa 13ª fecha con 9
goles, Sand, comandaba la tabla de goleadores del certamen.
Ayudó,
pero no lo hizo…
Sábado 23 de mayo. Se disputó otra
edición de Banfield – Lanús por la 15ª fecha y una la crónica que encontramos dice
lo siguiente: Dentro del campo de juego se vivía un excelso marco de
nerviosismo, fricciones y escasas jugadas con claridad que llevaran cierto
peligro sobre los arcos. Pero Lanús pudo imponerse ante su acérrimo y tradicional
rival verdiblanco gracias a un gol que desató polémica (1) pues la acción del
correntino Sand ante la salida de Lucchetti, tras el tiro de Velázquez que
finalmente tuvo destino de red, fue discutida por varios rivales. Pese a que el
delantero no llegó a tocar el balón ante las barbas del uno local. También en ese instante el elenco de Falcioni
se encontraba con diez hombres, pues justo debieron atender al “Mencho” Bustos
que había sido víctima de una falta anterior de Fritzler que le ocasionó un corte
en la cabeza. Tras el gol y el reingreso de éste, el mismo volante central fue
expulsado y el esquema del conjunto local quedó averiado. El 1-0 sirvió para que
Lanús comande las posiciones y para sacarle a Banfield el invicto como local
que ostentaba en este Clausura. (…) La victoria fue gestada en base al
sacrificio que mostraron varios de los integrantes del elenco que es puntero,
ante la enjundia que mostró el elenco local. Esta vez faltaron los destellos
lujosos que suelen aparecer en hombres como Blanco o Salvio para obtener la
claridad necesaria para imponerse por un mayor score, el cual, puede llegar a
considerarse justo porque siempre privó la lucha por sobre la técnica en sí.
Desmarcarse era muy difícil y aprovechar un espacio, más aún y pese a la
temprana lesión de Lagos cuya salida fue obligada, el accionar del conjunto del
joven Zubeldía no desentonó y estuvo acorde al ritmo que tuvo el desarrollo del
partido y a las expectativas generadas en sus adictos. (1) En
notas que le hicieron varios medios al propio Pepe Sand sobre su acción significó
el 1-0 (con el que por primera vez tomando sus encuentros en Primera División
A, Lanús consiguió derrotar a Banfield por dos veces consecutivas en calidad de
visitante) ante varios micrófonos y grabadores explicó: “Yo voy hacia la pelota pero no la alcanzo. Es más, salto para no
chocarme al arquero (por Lucchetti) que casi se sorprende para que no me cobren
una falta en ataque y veo como la pelota me pasa por delante y entra. Lo grito
porque es un gol que significa mucho para nosotros ¿Quien no lo hubiera
gritado? Me abrazo con varios y eso puede llegar a engañar para que me lo den a
mí porque Velázquez no tiene mucha prensa, je, je”. ¿Clarito no?
Ante cualquier duda el gol
lo podemos revivir en el siguiente link.
https://www.youtube.com/watch?v=k8MPVWyl0as
Otra vez goleador.
En la fecha siguiente, el
sábado 30 de mayo, el Pepe volvería al gol, sería ante San Lorenzo de Almagro, al
que Lanús venció por 2 a 1 como local; gracias a que Gustavo Bassi cobró el
agarrón de un rival (de esos que pocos árbitros acostumbrados a los códigos no
cobran) y con esa conversión de tiro penal ante Hilario Navarro se seguía mandando
en la tabla. Tras una goleada sufrida ante Arsenal (1-4) en el viaducto
quedaron 6 puntos en disputa. Con otro gol del Pepe, Lanús como local igualó
ante Vélez (que finalmente sería el Campeón) 1 a 1; pero el premio para Lanús consistió
en ser el mejor equipo de la tabla general en la temporada, pues en la última
fecha se le ganó por 3 a 2 al San Martín tucumano en su estadio de La
Ciudadela, con dos goles (uno de penal y otro de cabeza ante Marcos Juan Gutiérrez)
de José Gustavo Sand, convirtiéndoes con 13 tantos en 18 presencias, por
segunda vez consecutiva, en el máximo artillero de un torneo de Primera
División A. En 83 partidos marcó 58 goles estableciendo un promedio de gol de 0,69.
Así se ubicó a un solo paso de Daniel Juan Pícaro, quien con 59 tantos en 144 partidos jugados en la década
del ’30 cerraba la tabla de los 10 máximos scorers de la entidad.
(Continuará)
(*) Leonardo Leone es autor del libro "UN SENTIMIENTO COLOR GRANATE" editado en 1992 y coautor del libro "ABC GRANATE" (2014), ambas obras se encuentran agotadas.
Muy buena nota Leonardo. Pero fijate que sí hizo un gol de tiro libre. Contra Rácing en Avellaneda Ap. 07 fue el empate, de tiro libre rasante en el arco de la hinchada de ellos. Un GRANAbrazo súper campeón
ResponderEliminarok no me acordaba gracias
ResponderEliminarDe nada Leandro. Estoy esperando que escribas la segunda parte. GRANAbrazo
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