domingo, 28 de junio de 2009

LEONARDO LEONE NOS CUENTA EL ASCENSO DE 1992

Leonardo Leone es periodista, miembro del C.I.H.F y autor del libro "Un sentimiento color granate" publicado en 1.992. Es colaborador permanente de la pagina "grananet.com" y actualmente trabaja en la revista "Ascenso". Su pluma es tan clara como sus conceptos futbolísticos. Tenemos la alegria de compartir una nota suya sobre lo que fue el último ascenso de Lanús, conquistado el domingo 24 de Mayo de 1992.-

Lanús Campeón Nacional B 1991/92
El Proyecto Cimentó el Ascenso

Había que volver a Primera. Era el objetivo que se propusieron dirigentes y cuerpo técnico. Para ello otra vez se le renovó la confianza un técnico que ya conocía la divisional a la cual se había descendido y que ya conocía la manera de trabajar de los directivos del club. Miguel Ángel Russo siguió vinculado a la entidad y desde aquel partido ante Unión en Santa Fe hasta el momento que la hinchada cantó en la cancha de Banfield ante Independiente un rotundo “Gracias Lanús, por todo lo que hiciste, gracias Lanús por todo lo que das…” se notaba que el descenso se había digerido, con grandeza, no como un drama que significaba un sepulcro como se tomó en otros momentos o como lo tomaron otras instituciones.
El invierno hubo que pasarlo trabajando. Viendo y conversando con jugadores que pudieran sumarse al proyecto que significar regresar pronto y a un plantel que –si bien estaba preparado para la pelea- había que seguir sumándole calidad y experiencia.

Un duro comienzo.

Y el camino comenzó, llegaron Héctor Enrique, Ricardo Kuzemka, Jorge Reina, Héctor Baillié, Miguel Gambier y Rubén Gómez; quienes supieron acoplarse a jugadores como Villagrán, Ojeda, Angellelo, Agüero, Mainardi, Armando González, Bárzola y Bertolini, quienes junto a la juventud de Cáceres, Schurrer, Lemma y Cordero comenzaron el duro camino del regreso.
Pero vamos por partes, al director técnico, Miguel Ángel Russo le costó mucho encontrar y formar un equipo parejo en todas sus líneas, que fuera sólido y consistente en los momentos claves de cada encuentro y que desequilibrara por peso específico propio en cada presentación, y así fue como muy a pesar de haber comenzado con buen pie ante San Martín (1-0) en la Ciudalela tucumana, los sendos empates ante Nueva Chicago, Deportivo Morón, y la caída vs. Douglas Haig generaron ciertas dudas. Sólo se mostraban ganas, empuje y marca.

Un cambio repentino y eficaz.

Puede decirse que el equipo apareció “De Repente", como un fantasma en la 9ª fecha frente a Almirante Brown al que se le ganó por 4 a 2 con claridad. Luego le tocó el turno a Central Córdoba de Santiago del Estero (4-0), y llegó la punta, y la marcha estuvo cimentada con victorias destacables ante Banfield (2-0); Defensa y Justicia (2-1), Colón (2-0), San Martín de San Juan (3-1) y Dep. Maipú en Mendoza (2-0); entre las cuales se intercalaron ciertos empates que hablaban de lo rudo que se había puesto el carácter del equipo en sí. Y tras dos igualdades en uno frente a Talleres y Atlético Tucumán se llegó al receso impuesto por el calendario.
Receso que influyó mucho, pues allí en el verano se trabajó a destajo en Mar del Plata, donde se realizó una muy buena pretemporada, en la cual se puso a "punto' al conjunto para afrontar un exigente y desgastante tramo final del torneo.

De pie ante todo.

Se reanudó el campeonato con una muy importante victoria sobre San Martín de Tucumán por 2 a 1, tras un peleado encuentro en el que con 9 jugadores el local dio vuelta el resultado; luego en la fecha siguiente se produjo la tercera derrota –que dio fin a una serie de 15 partidos sin perder- y el panorama se oscureció de golpe… otra vez volvieron las batallas futbolísticas, la carencia de ideas, las pálidas y magras producciones que derivaron en otra derrota en Córdoba frente a Racing; mientras el enemigo: Almirante Brown llegó a la primera ubicación. El empate en el cotejo siguiente ante Instituto también generó ciertas miradas de desconcierto.
Y así se arribó al partido con el puntero en su reducto de Isidro Casanova, y se logró -tras ir perdiendo por 2 a 0 pasar a ganar 3 a 2 y después 4 a 3; pero el 4-4 del final no admitió discusiones. Fue un “partidazo” que demostró el por qué de las aspiraciones de ambos. Allí comenzó otra historia. Allí comenzó a gestarse un "pedacito" del ascenso. "caballo que alcanza, ganar quiere", se escucha a menudo en Palermo, San isidro y La Plata.

Con el pie en el acelerador.

Victorias ante Dep. Laferrere (2-0); Chaco For Ever (1-0); Defensa y Justicia (3-0) y un rotundo 3 a 1 sobre Colón en el mismísimo "Cementerio de los Elefantes" y la angustiante (pero merecida victoria), como local ante Atlético de Rafaela con un gol de penal convertido por Gambier demostraron que el equipo podía ascender. Luego llegó el 2-1 sobre Villa Dálmine y el 3-1 ante Central Córdoba (SE) que pusieron a Lanús al borde del título, a un paso de la meta, la cual casi la atraviesa en San Juan, pero se perdió ante San Martín 1 a 0 y hubo que esperar una semana más…

Ahora sí, a festejar nomás.

Semana que pasó rápido para algunos, y se hizo "de goma elastizada" para otros, pero el domingo 24 de mayo de 1992 en el estadio de Arias y Guidi que ya estaba siendo reestructurado, todos se dieron cita, para ver a: Marcelo Leonardo Ojeda; Rubén Darío Gómez, Rubén José Agüero, Fabián Claudio Mainardi, Armando Oscar González; Héctor Enrique, Ricardo Daniel Kuzemka, Gabriel Schurrer, César Domingo Angelello (ST: 34’, Araujo); Miguel Gambier y Villagrán ante Deportivo Maipú.
Venció por 2 a 0 con goles de ¨Mingo” Angelello y el implacable Gilmar Villagrán, con el aditamento que en los primeros minutos del cotejo el ¨Pampa´ Gambier no pudo convertir un penal, ya que el arquero rival, Murcia -de gran actuación- se lo atajó.
Allí tras el pitazo de Jorge Vigliano se desató la locura, el éxtasis, la alegría; todo eso que se encierra en el sentimiento hacia un equipo explotó y el festejo fue largo, y prolongado. Era lo soñado, lo ansiado, lo esperado, lo que todos quisieron desde el primer momento: el campeonato y el ascenso. El proyecto ideado por directivos, cuerpo técnico y jugadores dio frutos. Lanús sumó 57 unidades y era inalcanzable para sus acérrimos seguidores: Almirante Brown y Colón.

El Champagne se destapó igual.

No importó que faltara una fecha y el título no tuviera la frutilla del postre con un triunfo en el clásico ante Talleres (0-1, en Los Andes con un final pleno de incidentes), solo importó que la vuelta de Lanús a la Primera División era otra vez una realidad tangible. L
a campaña marcó que el título logrado y el ascenso obtenido fue el resultado de jugar 42 jornadas, obtener 21 victorias, 15 empates y 6 caídas, con 64 goles a favor (Gambier señaló 24; Angellello, 11; Villagrán, 9; Baillié y Mainardi, 4; Schurrer, Enrique y Kuzemka, 3; Monje, Bárzola y Lemma 1) y 34 tantos en contra.-
Alcides Luis Herrera, Miguel Ángel Pla, Hernán Carlos Meske, Fabián Alberto Cordero, Jorge Fabián Reina, Rolando Claudio Bertolini, Silvio Alberto Gil, Cristian Ariel Fernández, Germán Marcelo Cáceres, Héctor Adrián Baillié, Fabio Héctor Zárate, Rubén Darío Muradián, Juan Carlos López, Miguel Ángel Fretes, Cristian Daniel Araujo, Cristian Andrés Beletti, Jorge Nicolás Montenegro, Oscar Diego Monje, José Adolfo Bárzola, Walter Fabio Vargas, Juan Carlos Rivas, Mario Gastón Cancinos, Fernando José González, Cristian Manuel García y Carlos Alberto Juárez fueron parte del plantel que estuvo bajo conducción de Miguel Ángel Russo al que acompaño Hugo Ernesto Gottardi como ayudante de campo y Daniel Córdoba en la preparación física.

Leonardo Leone

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