POR LEONARDO LEONE
Atontados En La Oscuridad.
El título solo sirve para parafrasear un poco a manera de metáfora lo que le pasó a Lanús en Asunción.
Capaz que a otro equipo con más historia en la Copa Libertadores no le pasaba. Claro que si entraba la que voleó de zurda Pavone, que Silva sacó con un esfuerzo notable, otro hubiera sido el comentario. También si entraba la de Braghieri, otra hubiera sido la sensación del final. Pero si terminaba por entrar la que el mismo Diego Braghieri sacó al final sobre la línea tras una embestida “como un toro” del colombiano Marín -con Marchesín vencido- el 3-1 hubiera sido lapidario y sumamente injusto; e igual de mentiroso a éste 2-1 en contra que Lanús se llevó de un estadio en el que la iluminación parecía estar dada por candiles del siglo XIX o candelabros del siglo XVIII (acá, en la Argentina, en las canchas del ascenso se ve más; pues la potencia lumínica del estadio de Almagro es mayor, solo por poner un ejemplo); en el que su aforo es casi el mínimo requerido para las competencias internacionales (acá, en la Argentina, algunos estadios del ascenso tienen más capacidad; como el de Sarmiento de Junín; solo por citar otro ejemplo); y en el que las medidas del campo parecían ser las mínimas permitidas por el reglamento (acá, en la Argentina, hay varias canchas del ascenso que son más grandes; como la de Atlanta o Comunicaciones o Defensa y Justicia, o Los Andes; y esto también va solo por poner muchos ejemplos…).
Pero si vamos al grano, al partido en sí, debemos decir que Lanús jugó como si estuviera “atontado” desde el vamos como si lo hubieran logrado “atontarlo” más con los diversos ingredientes expuestos por el entorno; o como si le hubieran dado una droga soporífera.
Es que desde que alguien de Olimpia decidió que se juegue en ese ¿estadio? en el cual los espacios no sobran, el juego de Lanús estuvo anulado desde el pitazo inicial, porque si hay algo que caracteriza a los volantes granates es su dinámica y su panorama con la pelota en sus pies. Hechos que ni Pereyra ni Valeri ni el ingresado Neira ni González ni Fritzler, pudieron esgrimir durante todo el desarrollo del juego, en el cual privaron las acciones duras, recias, cargadas de cierta alevosía, que se transformaron en tensiones, nervios y discusiones sin ton ni son.
Todo este cóctel le sirvió al local para poder ganar y conseguir un triunfo que lo pone en carrera a la clasificación, pero hay que reconocer que lo logró con sumo esfuerzo, sin ser animador, tampoco sin erigirse en un protagonista serio y ni siquiera manteniendo una actitud avasallante ni menos que menos mostrándose pródigo en llegadas, o en la generación de acciones ofensivas (como sí Lanús lo hizo ante Flamengo), que levantaran el ánimo de sus propios adictos. Y es por eso que da qué pensar que pesó la emboscada traicionera donde cayó cualquiera con fatal ingenuidad.
A ver. Cuando todo estaba equilibrado y tranquilo, tras una falta innecesaria sobre el sector lateral izquierdo el hombre que pasó como un vulgar marcador izquierdo por nuestro país envió al área rival un tiro libre que tras rebotar en el pasto venció a Marchesín. Hasta el propio ejecutor se asombró del resultado y todo Lanús se quedó tieso con una mirada que lo decía todo. Como si estuviera pensando en otra cosa.
Y pareció que fuera como si se hubiera acabado el partido... Porque el local se resignó simplemente a controlar a su oponente y nada más; así dejó que el conjunto de Schurrer surgiera; pero éste pese a los reclamos y diversas indicaciones de su DT no lograba pesar ni pisar con potencia y sobre todo claridad un área rival en la que Adrián Romero, Meza, el arquero Silva, el peruano Revoredo, el ex Colón Candia y “todo Olimpia unido” sacaba lo que Neira insinuaba embarullando, lo que Pavone acometía cayéndose tras miles de faltas sobre su humanidad, lo que Fritzler apretaba adelantándose en la cancha, lo que Regueiro intentaba con su conocida tozudez, y todo aquello que Lanús fabricaba como “tonto en la neblina” cayendo también en errores de traslado, en pelotazos aunque bajo esas circunstancias le anularon dos jugadas en las que el asistente marcó dos off sides inexistentes… Hasta que algo cambió. Otra vez las variantes incidieron en el andamiaje y apareció Araujo (sí leyó bien… Araujo, el 4, el lateral, el marcador de punta derecho) él marcó el empate tras una jugada que el ingresado Romero generó -a propósito, ¿volvemos a preguntar? ¿Cuál había sido el último gol señalado por un lateral derecho de Lanús?- y todo parecía volver a fojas cero. Otra vez el partido parecía dormido, como si lo jugaran 22 tontos que comenzaban a dudar de sus propias virtudes.
Pero como en el fútbol nada está dicho hasta el pitazo final, en la única jugada que puede tildarse como elaborada con cierta dosis de asociación lícita bien hilvanada entre Biancucchi y el consabido Marín, el primo de Messi sometió a Marchesín y otra vez al Granate todo se le tornó borroso. Otra vez a remarla. Otra vez a tratar de empujar al rival. Otra vez a penar por un resultado que se escapa por una ¿desatención defensiva?
Otra vez habrá que pensar más en imponer las virtudes propias que son natas de jugadores que están para jugar de otra manera, esgrimiendo otras características, exponiendo su técnica sin darle lugar a aquellos que lucen gracias a las artimañas y que logran lo que se proponen, pero que al nacer ya nacen muertas porque quedan descubiertas por la luz de la verdad… Lo que pasa que algunos tontos no se dan cuenta hasta que sufren el camouflage en carne propia.
Segunda Fase – Grupo 2
Olimpia 2 - Lanús 1
Jueves 23 de febrero – 19.30 - Nocturno – TV Fox Sports – Asunción del Paraguay - Paraguay.
OLIMPIA: Martín Silva (A); Renzo Revoredo (A), Adrián Romero, Enrique Meza, Salustiano Candia; Osvaldo Hobecker (ST: 32’, Eduardo Lorenzo Aranda), Sergio Orteman, Fabio Caballero (ST: 37’, Carlos Humberto Paredes), Vladimir Marín; Maximiliano Biancucchi y Luis Caballero (ST: 22’, Sergio Almirón).
DT: Gerardo Pelusso.
LANUS: Agustín Marchesín (A); Carlos Araujo (A), Paolo Goltz (A), Diego Braghieri (A), Luciano Balbi (ST: 39’, César Carranza) (A); Mauricio Pereyra (ST: 22’, Silvio Romero), Matías Fritzler (A), Diego González; Diego Valeri (PT: 34’, Juan Neira), Mario Regueiro; Hugo Mariano Pavone.
Sup.: Mauricio Caranta, Maximiliano Velázquez, Guido Pizarro y Eduardo Ledesma.
DT: Gabriel Francisco Schurrer.
G: PT: 24’, V. Marín – de tiro libre -. ST: 26’, C. Araujo; 33’, M. Biancucchi.
Exp.: -.
Inc.: -.
Arb.: Darío Ubríaco -Uruguay-.
Est.: Libertad, Dr. Nicolás Leoz; local Olimpia.
Rec.: -.
Púb.: 7.400.-
Obs.: Es la primera vez que Lanús cae jugando en Paraguay por competencias organizadas por la Conmebol.
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